Los componentes del perdón




"1.º  Recuerda que estás soñando

Cuando te encuentres con una oportunidad de perdón recuerda que estás soñando. Eres el autor del sueño y has hecho que sus personajes actúen fuera de ti, para poder ver tu culpa inconsciente fuera de ti. Si recuerdas que estás soñando, entonces ahí fuera no hay nada más que una proyección. Una vez que crees eso -y la creencia sólo viene con la práctica y la experiencia- no hay necesidad de que lo que ves y perdonas tenga ningún impacto en ti. 

Como dice el Curso: 
El milagro establece que estás teniendo un sueño y que su contenido no es real. Éste es un paso crucial a la hora de lidiar con ilusiones. Nadie tiene miedo de ellas cuando se da cuenta de que fue él mismo quien las inventó. Lo que mantenía vivo al miedo era que él no veía que él mismo era el autor del sueño y no una de sus figuras. *
2.º Perdona tanto tus imágenes proyectadas como a ti mismo por haberlas soñado

Cuando ya eres la causa y no el efecto, perdona tanto tus imágenes proyectadas como a ti mismo por haberlas soñado.  Ya sabes que el Curso te dice que tienes que perdonar a tu hermano por lo que no ha hecho. Eso sería verdadero perdón porque, como también dice el Curso, tú no estás haciendo real el error. No estás haciendo reales tus ilusiones; estás llevando tus ilusiones ante la verdad. Ahora es el momento de perdonarte a ti mismo por soñar todo este lío en primer lugar. Si no ha ocurrido nada -y si el Curso enseña algo es que justamente no ha ocurrido nada-, entonces eres inocente. Así, a medida que perdonas a tus hermanos y hermanas, tu mente toma conciencia simultáneamente de que estás siendo perdonado. Recuerda otra cita del Curso: Tal como le veas a él, te verás a ti mismo.
Todos los componentes del perdón encajan. Si las personas que ves son Cristo, entonces tú también lo eres. Si respondes con los juicios del ego y das realidad a los sueños de los demás, en los que ellos también son egos, eso será lo que pensarás que eres. Es cierto que no hay nadie ahí fuera. Repitiendo este importante punto: las personas que ves piensan que están ahí fuera, como si fueran fantasmas. Como dice el Curso en la sección titulada 'La unión mayor': No te unas a los sueños de tu hermano, sino a él, y ahí donde te unes a Su Hijo, ahí está el Padre.  En la sección siguiente, 'La alternativa a los sueños de miedo': Si perdonas al soñador, y percibes que él no es el sueño que él mismo tejió, no estás compartiendo con él su nefasto sueño. Por lo tanto, él no puede ser parte del tuyo, del cual ambos os liberáis.  Estás diciendo al mundo y a las imágenes corporales que ves, que su conducta no puede tener ningún efecto sobre ti, y que si ellas no pueden tener un efecto en ti, entonces en realidad no existen separadas de ti.
3.º Confía en el Espíritu Santo y elige Su fuerza.

Así, en realidad, no hay separación de ninguna clase, lo cual nos conduce al último gran componente de la actitud del perdón: Confía en el Espíritu Santo y elige Su fuerza.

La paz del Espíritu Santo te será dada si haces tu trabajo. Él sanará la mente mayor inconsciente que está oculta de ti, y al mismo tiempo te dará su paz. Es posible que esta paz no llegue siempre inmediatamente, aunque a veces lo hará. En ocasiones te sorprenderá en forma de algún suceso que normalmente te disgustaría y esta vez no lo hace. Todo esto te conducirá al Reino de los Cielos, porque, junto al Espíritu Santo, estás haciendo el trabajo que conduce a un estado de paz, que es la condición del Reino.

Debes confiar en que el Espíritu Santo esté haciendo su trabajo de prepararte para el Cielo, y no preocuparte por la apariencia superficial de las cosas. Puede parecer que la gente no acepta tu perdón. Eso no importa. El Espíritu Santo mantendrá tu perdón en sus mentes hasta que estén preparados para aceptarlo. No importa si la persona aún está “viva” y en su cuerpo físico o no. El Espíritu Santo salvará la distancia que parece haber entre los distintos aspectos de tu mente y volverá a hacerte completo. Porque, tal como el Curso dice de ti y del que has perdonado:
El Espíritu Santo mora en vuestras dos mentes, y Él es uno porque no hay brecha que pueda dividir Su Unicidad. La brecha que separa vuestros cuerpos es irrelevante, pues lo que está unido a Él siempre es Uno. *
Gary: Genial. Si he conseguido tomar esto bien en mis notas, estos son los principales componentes del perdón:

recuerdo que estoy soñando, 
perdono tanto a las imágenes proyectadas como a mí mismo por soñarlas, 
y confío en el Espíritu Santo y elijo su fuerza. 
Mi sueño de que la separación de Dios es real es la causa del problema, 
y el perdón del Espíritu Santo es la solución. 

Pursah: Muy bien. Esto es un resumen; un acompañamiento de la fórmula de perdón del Curso que dice: 
a) que la causa debe ser identificada. 
b) después debe soltarse, y  
c) ser reemplazada. 
Ése es el modo de recordar a Dios. El Curso también dice que los primeros dos pasos de este proceso requieren tu cooperación. El último no. En otras palabras, la parte del Espíritu Santo no es responsabilidad tuya. Por eso digo que tienes que confiar en Él.
Es tan importante perdonar las cosas pequeñas como las aparentemente grandes. Cualquier cosa que altere tu paz mental, altera tu paz mental, y eso no es la paz de Dios. Tienes que estar dispuesto a perdonar todas las cosas igualmente. Por eso el Curso dice que todos los milagros son lo mismo. Eventualmente entenderás la igualdad de las cosas que no son importantes para ti y de las que sí lo son."*












Texto de Un Curso de Milagros