Tener Fe


Tener fe es confiar en que la Luz de tu Ser es todo lo que te rodea y lo que los ojos de tu cuerpo ven es una ilusión. Si no hay nada externo a ti, todo lo que ves eres tú mismo.
No hay nada externo a ti. Esto es lo que finalmente tienes que aprender, pues es el reconocimiento de que el Reino de los Cielos te ha sido restaurado. Pues eso fue lo único que Dios creó, y Él no lo abandonó ni se separó a Sí Mismo de él. El Reino de los Cielos es la morada del Hijo de Dios, quien no abandonó a su Padre ni mora separado de Él. El Cielo no es un lugar ni tampoco una condición. Es simplemente la conciencia de la perfecta unicidad y el conocimiento de que no hay nada más: nada fuera de esta unicidad, ni nada adentro.*
La unicidad está en la mente, los cuerpos unicamente afirman que esa unicidad no es posible y que en cambio lo que existe es la individualidad. Separan pero no unen, buscan la unión pero la unidad sólo es posible en la mente, pues los cuerpos son sólo una ilusión, y aún así el miedo que los atenaza les impide poder encontrar esta unicidad, sin saber que este miedo también forma parte de la ilusión y como tal desaparece en cuanto es visto como realmente es.

Ver en todo la Luz de Cristo te ayudará a sanar esa separación y a reconocer que nunca has estado solo y que Él te acompaña en todo momento. 
Mediante la fe eliges libremente pasar por alto los errores de tu hermano, al mirar más allá de todas las barreras que hay entre tú y él y veros a los dos como uno solo
Tener fe en Tu Creador es tener fe en Su Creación.
La fe es lo opuesto al miedo, y forma parte del amor tal como el miedo forma parte del ataque. La fe es el reconocimiento de la unión. Es el benévolo reconocimiento de que cada hermano es un Hijo de tu amorosísimo Padre, amado por Él como lo eres tú, y, por lo tanto, amado por ti como si fueses tú mismo. Su Amor es lo que te une a tu hermano, y debido a Su Amor no desearías mantener a nadie excluido del tuyo. Cada hermano aparece tal como se le percibe en el instante santo, unido a ti en tu propósito de ser liberado de la culpabilidad. Al ver al Cristo en él, él sana porque contemplas en él lo que hace que tener fe en todos esté justificado eternamente.*











Texto de Un Curso de Milagros