El auténtico perdón





Solo cuando eres verdaderamente consciente de La Fuente que todo Es, de Dios, o como prefieras llamarlo, eres capaz del auténtico perdón, pues entonces caminas con Él y compruebas por ti mismo que todo es Él, y que por lo tanto, todo es parte de ti también, porque tú eres Uno con Él. No puedes dejar de incluir todo lo que ves como parte de ti. El perdón es ver lo real y no la ilusión. Al perdonar a otro,  te estás perdonando a ti mismo. Al reconocer lo real en el otro (que es uno contigo) perdonas. Afirmas tu inocencia y la suya. Es amándoLe como perdonas, y sólo lo puedes Amar amándolo todo, sin excepción.

Nadie que aprenda a perdonar puede dejar de recordar a Dios.*

Todo el mundo es Uno contigo en Santidad.

La visión de Cristo está regida por una sola ley. No ve el cuerpo, ni lo confunde con el Hijo que Dios creó. Contempla una luz que se encuentra más allá del cuerpo; una idea que yace más allá de lo que puede ser palpado; una pureza que no se ve menguada por errores, por lamentables equivocaciones, o por los aterrantes pensamientos de culpabilidad nacidos de los sueños de pecado. No ve separación. Y contempla a todo el mundo, y todas las circunstancias, eventos o sucesos, sin que la luz que ve se atenúe en lo más mínimo.*

Así es como perdonas. Reconoces la Verdad y pasas por alto la ilusión. Has sido creado del Amor y Amor es lo que Eres. Todo lo que ves es tu Ser, todo lo que ves es tu Santidad.

Esta lección no es difícil de aprender si recuerdas que en tu hermano te ves a ti mismo. Si él se encuentra inmerso en el pecado, tú también lo estás; si ves luz en él, es que te has perdonado a ti mismo tus pecados. Cada hermano con quien hoy te encuentres te brinda una nueva oportunidad para dejar que la visión de Cristo brille sobre ti y te ofrezca la paz de Dios.*
Así es como sus pecados le son perdonados, pues la visión de Cristo tiene el poder de pasarlos a todos por alto. En Su perdón se desvanecen. Al ser imperceptibles para el Uno, simplemente desaparecen, pues la visión de la santidad que se halla más allá de ellos viene a ocupar su lugar. No importa en qué forma se manifestaban, cuán enormes parecían ser, ni quién pareció sufrir sus consecuencias. Ya no están ahí. Y todos los efectos que parecían tener desaparecieron junto con ellos, al haber sido erradicados para ya nunca más volver.*

No es ver solo la luz es sentir profundamente que todo lo que te rodea es la Luz del Amor de Dios.

Cuando ves en la Unidad ves todo como lo mismo. Cuando ves cosas ya no ves la Unidad, te separas para poder ver esas cosas pues no puedes ver la Unidad y la separación al mismo tiempo. Pero sí puedes aprender a dejar de dar importancia a esas otras cosas viendo que todas ellas están cubiertas por una misma Luz. Más ves ese manto luminoso y más dejas de dar importancia a la separación hasta que llegue el día en que el mundo de la separación se diluya y puedas ver el mundo real.

Recuerda que vives en un mundo de sombras y de lo que se trata es de iluminarlo con tu Luz.  Reconocer la Luz de tu Ser en todo lo que hay.
"No pongas tu atención en el pequeño muro de sombras. El sol se ha elevado por encima de él. ¿ Cómo iba a poder una sombra impedir que vieses el sol?"*
Percibe con Amor. Es todo lo que se requiere.

El error es lo mismo que la obscuridad y la obscuridad es únicamente falta de luz.*









Texto de Un Curso de Milagros