Elige de nuevo



Aunque el mundo te diga lo contrario, no eres débil. No puedes enfermar. No puedes sufrir.  Puedes creer que enfermas o creer que sufres puesto que crees lo que dice tu ego, pero puedes dejar de creer en él y empezar a creer en tu espíritu.  Escúchalo pues te está tendiendo la mano con la esperanza de que se la tomes para poder regresar a tu verdadero mundo, aquel donde reina la Paz y el Amor.

Jesús nos dice en Ucdm:
"Aprende el feliz hábito de responder a toda tentación de percibirte a ti mismo débil y afligido con estas palabras: 
Soy tal como Dios me creó. Su Hijo no puede sufrir.
Y yo soy Su Hijo.
De este modo invitas a la fortaleza de Cristo a que impere y reemplace todas tus debilidades con la fuerza que procede de Dios, la cual es infalible."
"Tú eres tal como Dios te creó, al igual como también lo es toda cosa viviente que contemplas, independientemente de las imágenes que veas. 
Lo que percibes como enfermedad, dolor, debilidad, sufrimiento y pérdida, no es sino la tentación de percibirte a ti mismo indefenso y en el infierno. 
No sucumbas a esta tentación, y verás desaparecer toda clase de dolor, no importa dónde se presente, en forma similar a como el sol disipa la neblina.*
Tal como veas a tu hermano así te verás a ti mismo. ¿A quién quieres ver: a un ser que padece dolor, sufrimiento, ira y enfermedades o bien prefieres ver un ser amoroso y lleno de fortaleza? Recuerda que tu hermano es el Hijo de Dios, así como tú también lo eres, pues en el ser uno no hay distinciones entre uno y otro sino únicamente Amor, por lo tanto negar su santidad es negar al Hijo de Dios. Negar al Hijo de Dios es negar a Cristo.
Elige de nuevo lo que quieres que él sea, recordando que toda elección que hagas establecerá tu propia identidad tal como la has de ver y como creerás que es."*
Jesús no sólo nos pide escuchar su llamada sino también nos pide que lo sigamos y nos unamos a él. Escuchando a nuestro espíritu lo estaremos escuchando a él pues recuerda que no hay separación entre él y nosotros. Él es el Hijo de Dios así como también lo somos nosotros.
Hermano mío, tú eres parte de Dios y parte de mí. Cuando por fin hayas visto los cimientos del ego sin acobardarte, habrás visto también los nuestros.* 
"Oídme, hermanos míos, oídme y uníos a mí. Dios ha decretado que yo no pueda llamaros en vano, y en Su certeza, yo descanso en paz. Pues vosotros me oiréis, y elegiréis de nuevo. Y con esa elección todo el mundo quedará liberado."*






Texto de Un Curso de Milagros