Mente recta y mente errada

Tu mente recta ve únicamente hermanos 
porque ve únicamente su propia luz. *


Tu mente recta es aquella que percibe correctamente, y percibir correctamente es percibir totalmente. Es ver todo como la Totalidad. En cambio, percibir erróneamente es percibir selectivamente. Una mente errada ve solo separación mientras que una mente recta solo ve Unidad.

Vivir en una mente recta es vivir guiado por el Espíritu Santo y no por el ego, comprendiendo que todo lo que eres es Luz y que esa Luz es el Amor de Dios, y la compartes con todos los seres y las cosas de este planeta pues son lo mismo que eres tú. Por lo tanto si antes el ego te hablaba de separación ahora el Espíritu Santo te habla de unidad y te señala amorosamente cuándo estás creyendo en una ilusión de separación para que en vez de atacarla respondas a toda separación con amor, perdonándola. Es decir, reconociendo la separación como el error, la ilusión, y viendo lo que en verdad hay,  la Luz del Amor que todo une. Su Voluntad es sólo esta: que perdonemos toda ilusión.
Si una mente percibe sin amor, percibe tan sólo un armazón vacío y no se da cuenta del espíritu que mora adentro. *
Cada ofrenda de perdón es un reconocimiento de que esa separación es un error de percepción y por lo tanto no es real. Cuando la Voz que habla por Él te avise suavemente de que estás viendo erróneamente, agradecido, recordarás que la verdad es solo amor y perdonarás esa ilusión. Así cuando creas ver que tu hermano percibe erróneamente escucharás Su Voz que te dice que en verdad eres tú el que está percibiendo erróneamente y si dejas que ese amor que sientes por la totalidad te inunde comprenderás que el único paso que puedes dar es el de perdonar ese error porque reconocerás que eso no puede ser verdad pues la única y verdadera realidad es que todo es Espíritu, donde reina el Amor y la Paz de Dios, donde todo es uno.
Poner en duda la realidad no tiene sentido. De ahí que el Espíritu Santo nunca ponga nada en duda. Su única función es eliminar lo cuestionable y, por ende, conducir a la certeza. Los que tienen certeza gozan de perfecta calma porque no tienen dudas. No cuestionan nada porque en sus mentes no entra nada que sea cuestionable. Esto los mantiene en un estado de perfecta serenidad, ya que al saber lo que son, eso es lo que comparten. *
Seguir a la mente errada es aferrarse a ilusiones por miedo a creer en la verdad, pues la verdad le despojaría de esas ilusiones y en ellas la mente errada ha encontrado su seguridad, aunque ficticia. Al ser una mente errada no puede reconocer que lo que está haciendo es seguir al guía errado, el ego, el cual no desea perder su autoridad por lo que te ofrecerá lo que más temes para impedir que escuches otra voz. Pero esa otra Voz está en ti y si le pides ayuda te la ofrecerá. Sabrás distinguirla por sus palabras.
La mente que sigue al Espíritu es invulnerable. *
La mente recta solo oye la Voz del Espíritu Santo. 
Elegir al Espíritu Santo es elegir a Dios. Dios no está dentro de ti en un sentido literal; más bien, tú formas parte de Él. Cuando elegiste abandonarlo te dio una Voz para que hablase por Él, pues ya no podía compartir Su conocimiento contigo libremente. La comunicación directa se interrumpió al tú inventar otra voz.  El Espíritu Santo te insta tanto a recordar como a olvidar. ...  Le ofrece a tu mente el otro camino, permaneciendo serena aún en medio de cualquier confusión a que puedas dar lugar. La Voz que habla por Dios es siempre serena porque habla de paz. La paz es más poderosa que la guerra porque sana. La guerra es división, no expansión. ...  El Espíritu Santo es el vehículo mediante el cual la Voluntad de Dios se cumple así en la tierra como en el Cielo. *
La mente errada cree que su voluntad es más fuerte que la de Dios porque cree que su voluntad es diferente de la de Él. Por eso la mente errada o bien no cree en Dios o bien es un mártir que cree que Dios exige sacrificios. En ambas situaciones temerá a Dios.
Dios es Amor y Él es ciertamente lo que tú deseas. Ésa es tu voluntad. Pide esto y se te concederá, porque estarás pidiendo únicamente lo que ya te pertenece. ...  El ego no puede pedirle nada al Espíritu Santo porque no existe comunicación entre ellos. Tú, en cambio, puedes pedirle todo porque las peticiones que le haces a Él son reales, al proceder de tu mente recta. ... El hecho de que Dios es Amor no requiere que se crea en ello, pero sí requiere aceptación. Puedes ciertamente negar los hechos, pero no puedes hacer que cambien. Si te tapas los ojos con las manos, no podrás ver porque estarás interfiriendo en las leyes de la visión. Si niegas el amor, no podrás conocerlo porque tu cooperación es la ley de su existencia. No puedes cambiar las leyes que tú no promulgaste, y las leyes de la felicidad fueron creadas para ti, no por ti. *
Elegir ser guiado por Él no sólo implica reconocer Quién eres y Quién es tu hermano sino que haces tuya la frase: "Tu Voluntad y la mía son una".
Te he asegurado que la Mente que decidió por mí se encuentra también en ti, y que puedes permitirle que te transforme, tal como me transformó a mí. Esta Mente es inequívoca porque sólo oye una Voz y contesta de una sola manera. Tú eres la luz del mundo junto conmigo. El descanso no se deriva de dormir sino de despertar. El Espíritu Santo es la llamada a despertar y a regocijarse. ... 
Cuando te sientas tentado por la voz falsa, recurre a mí para que te recuerde cómo sanar compartiendo mi decisión, haciéndola así aún más firme. Al compartir este objetivo, aumentaremos su poder para atraer a toda la Filiación y para restituirla nuevamente a la unicidad en la que fue creada. Recuerda que "yugo" quiere decir "unión", y "carga" significa "mensaje". Reformulemos la frase "Mi yugo es llevadero y mi carga ligera" de esta forma: "Unámonos, pues mi mensaje es la Luz".  
Te he pedido encarecidamente que te comportes tal como yo me comporté, pero para eso tenemos que responder a la misma Mente. Esa Mente es el Espíritu Santo, Cuya Voluntad dispone siempre en favor de Dios. El Espíritu Santo te enseña cómo tenerme a mí de modelo para tu pensamiento, y, consecuentemente, a comportarte como yo. El poder de nuestra motivación conjunta está más allá de lo que se puede creer, pero no más allá de lo que se puede lograr. Lo que juntos podemos lograr es ilimitado porque la Llamada a Dios es la llamada a lo ilimitado. Hijo de Dios, mi mensaje es para ti, para que lo oigas y se lo transmitas a otros a medida que respondes al Espíritu Santo en ti. *







Texto de Un Curso de Milagros