Tras el velo



¿Que hay tras el velo? Tras ese velo hay un solo Ser, Completo, Sereno, Dichoso, Perfecto Amor. Él es tu verdadero Ser. Es Cristo, Quien en verdad Eres. Él te recuerda esta Verdad y te tiende su mano para que la tomes reconociendo que tu hermano, al que creías culpable, es Inocente porque es Él, el Hijo de Dios y lo que Él Es también lo eres tú cuando perdonas todas tus culpas, cuando perdonas a tu hermano por todo lo que no ha hecho, perdonando cada ilusión que te impedía verlo verdaderamente.
Y así, tú y tu hermano os encontráis ahí en ese santo lugar, ante el velo de pecado [de ilusión] que pende entre vosotros y la faz de Cristo. ¡Dejad que sea descorrido! ¡Descorredlo juntos! Pues es sólo un velo lo que se interpone entre vosotros. Por separado, cada uno de vosotros lo veréis como un sólido muro y no os daréis cuenta de lo delgado que es el cortinaje que ahora os separa. Aun así, éste ya casi ha sido eliminado de vuestra conciencia, e incluso aquí, ante el velo, la paz ha venido a vosotros. Piensa en lo que os espera después: el amor de Cristo iluminará vuestros rostros e irradiará desde ellos a un mundo en penumbra y con necesidad de luz. Y desde este santo lugar Él regresará con vosotros, sin irse de él y sin abandonaros. Os convertiréis en Sus mensajeros, al restituirlo a Él a sí mismo. ... Y nadie que mire al Cristo en vosotros dejará de regocijarse. ¡Qué bello es el panorama que visteis más allá del velo y que ahora llevaréis para iluminar los cansados ojos de aquellos que todavía están tan extenuados como una vez lo estuvisteis vosotros! ¡Cuán agradecidos estarán de veros llegar y ofrecer el perdón de Cristo para desvanecer así la fe que ellos aún tienen en el pecado! *
Cada vez que ves en tu hermano la faz de Cristo estás reconociendo tu Ser. No lo verás con tus ojos físicos, es otra Visión la que estás desarrollando. Estás desarrollando una Visión en la que, en vez de ver, sientes profundamente el Amor de Dios un Amor pleno de Fe en el que sabes que no puede haber nada separado de Él y este Amor lo compartes con tu hermano pues es gracias a él que lo puedes sentir y su regalo es tan hermoso que al compartirlo te reconoces en Él descubriendo que tu hermano y tú son uno, y que la faz de Cristo es Puro Amor y que ambos son Puro Amor, ambos son uno.
Tal es la función de una relación santa: que recibáis juntos y que deis tal como recibáis. Cuando se está ante el velo, esto todavía parece difícil. Pero si extendéis vuestras manos unidas y tocáis eso que parece un denso muro, notaréis con cuánta facilidad se deslizan vuestros dedos a través de su insubstancialidad. Ese muro no es sólido en absoluto. Y es sólo una ilusión lo que se interpone entre tú y tu hermano y el santo Ser que compartís.*








Texto de Un Curso de Milagros