«No hay nada que perdonar... porque no has hecho nada»


Si alguien viene a ti y te pide que le perdones respóndele con un "no hay nada que perdonar" porque en verdad es así. No ha hecho nada, es totalmente inocente de toda culpa. Todo lo que cree haber hecho no es real. Su error estaba en creer que sí lo era, pero no es así.
No le enseñes a nadie que te ha hecho daño, pues si lo haces, te estarás enseñando a ti mismo que lo que es ajeno a Dios tiene poder sobre ti. *
No hagas que ninguna mente crea que es culpable de haber hecho algo pues sólo existe una sola mente. Si fomentas la culpabilidad estás creyendo en tu culpabilidad. Si fomentas la inocencia crees en tu inocencia. 

Toda decisión que tomas la tomas con todos, pues eres Uno con la Totalidad.
Ningún pensamiento del Hijo de Dios puede estar separado o tener efectos aislados. Cada decisión que se toma, se toma para toda la Filiación, es aplicable tanto a lo interno como a lo externo y afecta a una constelación mucho mayor que nada que jamás hayas podido concebir. *
Cuando aceptas la inocencia de tu hermano extiendes la inocencia en todos. "No hay nada que perdonar porque no has hecho nada" es la respuesta a todo pensamiento de culpabilidad.

Éste es el verdadero perdón.
El perdón reconoce que lo que pensaste que tu hermano te había hecho en realidad nunca ocurrió. *
Nada puede alterar la convicción de Dios de que todo lo que Él creó goza de perfecta pureza, pues es absolutamente puro. No decidas contra ello porque, dado que procede de Él, no puede sino ser verdad.  * 









Texto de Un Curso de Milagros