La experiencia


Tras las apariencias hay un plan que no cambia. El guión ya está escrito. El momento en el que ha de llegar la experiencia que pone fin a todas tus dudas ya se ha fijado. *
La experiencia es lo que pone fin a todas las dudas. 

Decidirte a experimentar con lo que te muestra el Espíritu Santo te  llevará a descubrir tu verdad y a cancelar toda duda. En su momento todo te será revelado.
¿Qué se te ha dado? Se te ha dado el conocimiento de que eres una mente, de que te encuentras en una Mente y de que no eres sino mente, por siempre libre de pecado y totalmente exento de miedo al haber sido creado del Amor. No has abandonado tu Fuente, por lo tanto, sigues siendo tal como fuiste creado. Esto se te dio en forma de un conocimiento que no puedes perder. Ese conocimiento se le dio asimismo a todas las cosas vivientes, pues sólo mediante él viven. 
La revelación de que el Padre y el Hijo son uno alboreará en toda mente a su debido tiempo. Sin embargo, ese momento lo determina la mente misma, pues es algo que no se puede enseñar. *
Lo cierto es que la realidad transcurre en el ahora y desde el ahora el Espiritu Santo observa la ilusión del ego conociendo ya cómo ésta terminará y cuáles serán tus pasos a seguir para despertar. 

El Espíritu Santo siempre está presente, y siempre está esperando a ser oído. 

En cualquier situación, si acallas los pensamientos, acallas los impulsos de tu mente y escuchas al Espíritu Santo, sabes intuitivamente lo que hay que decir o hacer y, a medida que experimentas, descubres por ti mismo por qué Su Guía te conduce siempre a la Paz de Dios.

Cuando la mente errada se decide a escuchar Su Voz es porque se da cuenta que quizás sí está errada puesto que la separación sólo le ha dado dolor y soledad, lo que realmente desea es volver a sentir el Amor de Dios y a Ser uno con Él. Decide, por tanto, vivir la experiencia del Amor de la que habla el Espíritu Santo porque no quiere más dolor, ni más soledad. Simplemente empieza a sentir que nunca ha estado sola y que su completez radica en reconocer que todo es uno y lo mismo.

El regalo de la experiencia es la visión de Cristo a través de la cual el mundo se ve santificado por el Amor

Donde Su Luz lo cubre todo. 
Lo que nos interesa es la visión de Cristo. Esto sí que lo podemos alcanzar. La visión de Cristo está regida por una sola ley. No ve el cuerpo, ni lo confunde con el Hijo que Dios creó. Contempla una luz que se encuentra más allá del cuerpo; una idea que yace más allá de lo que puede ser palpado; una pureza que no se ve menguada por errores, por lamentables equivocaciones, o por los aterrantes pensamientos de culpabilidad nacidos de los sueños de pecado. No ve separación. Y contempla a todo el mundo, y todas las circunstancias, eventos o sucesos, sin que la luz que ve se atenúe en lo más mínimo. *










Texto de Un Curso de Milagros