El Plan de Dios y el plan del ego


Sólo el plan de Dios para la salvación tendrá éxito.

El plan del ego es que percibas la separación en todo de tal manera que siempre abrigues resentimientos:

"Si tal persona actuara o hablara de otra manera, o 
si tal o cual acontecimiento o circunstancia externa cambiase...
yo me salvaría."

Percibes como la fuente de tu salvación a algo externo a ti. Y como no la encuentras, crees que simplemente tienes que cambiar esa situación, o esa persona, por otra.
Todos esos planes te han llevado a la depresión y a la ira, pero el Plan de Dios te conducirá a la liberación y a la dicha.
Lo único que tienes que cambiar es tu mentalidad acerca de lo que crees percibir.

El Plan de Dios es soltar todo remordimiento, recordando que todo lo que estás viendo es parte de una ilusión y que no se trata de cambiar la ilusión sino de verla tal cual es. Todo sigue Su Plan por lo tanto todo lo que ves, todo lo que vives, es perfecto tal como lo ves o lo vives. No lo juzgues. Confía. Sucede de esa manera y no de ninguna otra porque te ofrece la oportunidad de reconocer la ilusión y soltarla. Es llegar a amar todo y a todos, porque nada es como parece, lo bello, lo hermoso, está bajo esa ilusión. 

La ilusión es la separación, crees ver otras personas, pero lo cierto es que no hay ningún otro. Tú eres el único, el Hijo de Dios. El Plan de Dios te será útil para recordar esto. 

El Plan de Dios te indica que, para soltar todo remordimiento, uses el perdón, el perdón de Dios, que consiste en ver la ilusión como lo que es, algo no real. Perdonas el haber creído que eso era real, lo real es el Espíritu de Amor que está bajo ese cuerpo que creías real.  Cuando perdonas a aquel que crees ha perturbado tu paz lo que en verdad estás haciendo es perdonarte a ti mismo. Recuerdas (a través de lo que crees ver 'afuera') que las otras personas no han hecho nada (que tú no has hecho nada) y que el Amor y tú son lo mismo, perfectos, ahora y siempre.

Para poder seguir el Plan de Dios simplemente sigue Su Guía,  pregúntale qué hacer, qué decir y a quién, a dónde ir... Da por hecho que Él te lo dirá y... confía. Dios solo quiere que Su Amado Hijo despierte de su sueño de separación.


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Texto de Un Curso de Milagros