Acerca de la ira
Pierdes la paz cuando tus pensamientos no son amorosos. Tus pensamientos de ira (cólera, rabia, irritación, miedo etc) ven el mundo (las personas, animales, cosas) como algo que te está atacando, como algo que se está vengando de ti y por eso piensas en defenderte, atacando. Pero puedes salir de cualquier situación en la que te sientas atacado reconociendo que eres tú quien se está haciendo esto a sí mismo. Es tu ira la que hace que veas ataque "afuera". No hay nada afuera, te estás viendo a ti mismo con otras formas. Sólo hay Uno. Estás viendo tu ira. Y si te defiendes, es porque estás atrapado en un círculo vicioso en el que crees ver a otro, y tu ira crece y crece. Pero puedes salir de esa situación reconociendo que tú eres 'la causa' de todo lo que estas viviendo, es decir: son tus pensamientos de ira los que te arrebatan la paz.
Renunciando a tus pensamientos de ira todo sana, porque de eso se encarga Aquel que está contigo. Él espera a que te des cuenta que al creer percibir algo distinto a ti causaste tu propia infelicidad. Son tus pensamientos los que causaron tu dolor. No estás separado. Cuando renuncias a esos pensamientos engañosos, cuando aceptas que todo lo que hay es parte de ti, automáticamente todo cambia, la Luz del perdón envuelve lo que antes era obscuridad. Es así como la Paz llena tu Corazón, y tu vida.
Si aquello que ves te hace reaccionar de manera no amorosa significa que crees que lo que estás percibiendo está separado de ti, es distinto a ti, y que tú no eres eso que estás viendo. Estás juzgando y juzgar es siempre un ataque. Atacas aquello que consideras diferente.
Estás atacando a tu propio Ser porque lo estás viendo desde la perspectiva del ego, como algo distinto a ti. Ves la forma, el cuerpo, pero no el contenido. Tú eres el contenido, todo lo que hay es el contenido, tu Espíritu. Cuando te das cuenta de esto dejas de juzgar porque comprendes que todo lo que ves eres tú mismo. El ego quiere que veas el cuerpo, pero lo que en verdad hay es Espíritu. La ira desaparece cuando todo lo que ves es tu propio Ser.
Tu Ser es Amor y allá a donde mires está tu Ser. El ego te tienta con engaños pero no puede obligarte a hacer nada que no quieras hacer. Depende de ti elegir cómo mirar al mundo.
Siempre se ha tratado de una elección.
Tal vez sea útil recordar que nadie puede enfadarse con un hecho. Son siempre las interpretaciones las que dan lugar a las emociones negativas, aunque éstas parezcan estar justificadas por lo que aparentemente son los hechos o por la intensidad del enfado suscitado. Éste puede adoptar la forma de una ligera irritación, tal vez demasiado leve como para ni siquiera poderse notar claramente. O puede también manifestarse en forma de una ira desbordada acompañada de pensamientos de violencia, imaginados o aparentemente perpetrados. Esto no importa. Estas reacciones son todas lo mismo. Ponen un velo sobre la verdad, y esto no puede ser nunca una cuestión de grados. O bien la verdad es evidente, o bien no lo es. No puede ser reconocida sólo a medias. El que no es consciente de la verdad no puede sino estar contemplando ilusiones. *
