Compartimos un único Ser


Cristo es el Hijo de Dios tal como Él lo creó.  
Cristo es el Ser que compartimos y que nos une a unos con otros, y también con Dios.  
Cristo es el eslabón que te mantiene unido a Dios, y la garantía de que la separación no es más que una ilusión de desesperanza, pues toda esperanza morará por siempre en Él. 
Tu mente es parte de la Suya, y Ésta de la tuya.  
Cristo es el hogar del Espíritu Santo y únicamente se siente a gusto en Dios. 
Cristo permanece en paz en el Cielo de tu mente santa. 
Él es la única parte de ti que en verdad es real. Lo demás son sueños. Mas éstos se le entregarán a Cristo, para que se desvanezcan ante Su gloria y pueda por fin serte revelado tu santo Ser, el Cristo. 
El Espíritu Santo se extiende desde el Cristo en ti hasta todos tus sueños, y los invita a venir hasta Él para que puedan ser transformados en la verdad.  
Él los intercambiará por el sueño final que Dios dispuso fuese el fin de todos los sueños. Pues cuando el perdón descanse sobre el mundo y cada uno de los Hijos de Dios goce de paz, ¿qué podría mantener las cosas separadas cuando lo único que se puede ver es la faz de Cristo? 
Al contemplar Su gloria,
sabremos que
no tenemos necesidad de aprender nada,
ni de percepción,
ni de tiempo,
ni de ninguna otra cosa excepto del santo Ser,
el Cristo que Dios creó como Su Hijo. *
 






Texto de Un Curso de Milagros