El Cielo
No hay nada externo a ti.
Esto es lo que finalmente tienes que aprender, pues es el reconocimiento de que el Reino de los Cielos te ha sido restaurado.
El Cielo no es un lugar ni tampoco una condición. Es simplemente la conciencia de la perfecta unicidad y el conocimiento de que no hay nada más: nada fuera de esta unicidad, ni nada adentro. *
Cuando tomas la mano de tu hermano, como uno, te extiendes más allá de tu cuerpo ilusorio. Es así como aceptas la unicidad de tu Ser, es así como sientes tu Ser ilimitado y es entonces cuando descubres que estás 'tocando' el Cielo y cuando comprendes que, el Cielo es un estado de conciencia y que el Amor es el Cielo.
Compartes un mismo Ser con cada uno de tus hermanos, al ofrecerles tu amor por encima de toda ilusión les estás extendiendo la mano, les estás recordando quienes son.
Y cuando sientas que la santidad de tu relación se ve amenazada por algo, detente de inmediato y, a pesar del temor que puedas sentir, ofrécele al Espíritu Santo tu consentimiento para que Él cambie ese instante por el instante santo que preferirías tener. Él jamás dejará de complacer tu ruego.* Y así tu hermano y tú, como uno, sentiréis el instante santo, ese instante de unicidad y, con él, la paz.
Esta forma de perdón es el único camino para regresar al verdadero Hogar.
Y cuando sientas que la santidad de tu relación se ve amenazada por algo, detente de inmediato y, a pesar del temor que puedas sentir, ofrécele al Espíritu Santo tu consentimiento para que Él cambie ese instante por el instante santo que preferirías tener. Él jamás dejará de complacer tu ruego.* Y así tu hermano y tú, como uno, sentiréis el instante santo, ese instante de unicidad y, con él, la paz.
Esta forma de perdón es el único camino para regresar al verdadero Hogar.