9. ¿Se requieren cambios en las condiciones de vida de los maestros de Dios?
1. Donde se requieren cambios es en las mentes de los maestros de Dios. Esto puede entrañar o no cambios en las condiciones externas. Recuerda que nadie está donde está por casualidad y que nada en el plan de Dios es al azar. Es bastante improbable que en la formación del nuevo maestro de Dios, los primeros pasos a dar no sean cambios de actitud. No hay, sin embargo, una norma fija al respecto, toda vez que el entrenamiento es siempre altamente individualizado. Hay quienes son llamados a cambiar las circunstancias de sus vidas casi de inmediato, mas éstos son generalmente casos especiales. A la gran mayoría se les proporciona un programa de entrenamiento que evoluciona lentamente, en el que se corrigen el mayor número posible de errores previos. Las relaciones personales, en especial, tienen que percibirse debidamente, y se tiene que eliminar la piedra angular de la falta de perdón. De lo contrario, el viejo sistema de pensamiento mantendrá aún una base a donde poder regresar.
2. A medida que el maestro de Dios avanza en su formación, aprende más concienzudamente una lección: a no tomar decisiones por su cuenta. En lugar de ello, le pide a su Maestro Su respuesta, y es ésta la que sigue como guía para sus acciones. Esto le resulta cada vez más fácil, a medida que aprende a abandonar sus propios juicios. Abandonar todo juicio -el requisito previo para poder oír la Voz de Dios- es normalmente un proceso bastante lento, no porque sea difícil, sino porque se tiende a percibir como una afrenta. El entrenamiento del mundo tiene por meta el logro de un objetivo diametralmente opuesto al de nuestro programa. El mundo enseña que confiar en nuestro propio juicio es muestra de madurez y fortaleza. Nuestro programa enseña que abandonar todo juicio es la condición necesaria para la salvación.
2. A medida que el maestro de Dios avanza en su formación, aprende más concienzudamente una lección: a no tomar decisiones por su cuenta. En lugar de ello, le pide a su Maestro Su respuesta, y es ésta la que sigue como guía para sus acciones. Esto le resulta cada vez más fácil, a medida que aprende a abandonar sus propios juicios. Abandonar todo juicio -el requisito previo para poder oír la Voz de Dios- es normalmente un proceso bastante lento, no porque sea difícil, sino porque se tiende a percibir como una afrenta. El entrenamiento del mundo tiene por meta el logro de un objetivo diametralmente opuesto al de nuestro programa. El mundo enseña que confiar en nuestro propio juicio es muestra de madurez y fortaleza. Nuestro programa enseña que abandonar todo juicio es la condición necesaria para la salvación.