8-I. La dirección del plan de estudios
UN CURSO DE MILAGROS
CAPÍTULO 8
CAPÍTULO 8
EL VIAJE DE RETORNO
1. El conocimiento no es la motivación para aprender este curso. La paz lo es. La paz es el requisito previo para alcanzar el conocimiento, simplemente porque los que están en conflicto no están en paz, y la paz es la condición necesaria para el conocimiento porque es la condición del Reino. El conocimiento sólo puede ser restituido cuando satisfaces sus condiciones. No es éste un trato que Dios haya hecho, pues Dios no hace tratos. Es simplemente el resultado del uso incorrecto que has hecho de Sus leyes en nombre de una voluntad imaginaria que no es la Suya. El conocimiento es Su Voluntad. Si te opones a Su Voluntad, ¿cómo vas a poder gozar de conocimiento? Te he dicho lo que el conocimiento te ofrece, pero tal vez aún no lo consideres algo enteramente deseable. Pues, de lo contrario, no estarías tan dispuesto a descartarlo cuando el ego te pide que le seas leal.
2. Las distracciones del ego tal vez parezcan interferir en tu aprendizaje, pero el ego no tiene realmente ningún poder para distraerte a menos que tú se lo confieras. La voz del ego es una alucinación. No puedes esperar que te diga: "No soy real". No obstante, no se te pide que desvanezcas tus alucinaciones por tu cuenta. Se te pide simplemente que las evalúes a la luz de los resultados que te aportan. Si dejas de desearlas debido a la pérdida de paz que te ocasionan, serán eliminadas de tu mente.
3. Cada vez que respondes a la llamada del ego estás haciendo un llamamiento a la guerra, y la guerra ciertamente te priva de la paz. Mas en esta guerra no hay adversario. Ésta es la re-interpretación de la realidad que tienes que hacer para asegurar tu paz, y la única que jamás necesitas hacer. Los que percibes como adversarios forman parte de tu paz, a la cual renuncias cuando los atacas. ¿Cómo se puede tener aquello a lo que se renuncia? Compartes para tener, pero no renuncias a lo que compartes. Cuando renuncias a la paz, te excluyes a ti mismo de ella. Es ésta una condición tan ajena al Reino que te es imposible entender el estado que prevalece dentro de él.
4. Lo que aprendiste en el pasado tiene que haberte enseñado lo que no te convenía, por la sencilla razón de que no te hizo feliz. Sólo por esto debería ponerse en duda su valor. Si el propósito del aprendizaje es producir cambios - y ese es siempre su propósito, - ¿te sientes satisfecho con los cambios que tu aprendizaje ha producido en ti? Si no estás contento con lo que aprendiste es señal evidente del fracaso de dicho aprendizaje, ya que significa que no conseguiste lo que deseabas.
5. El plan de estudios de la Expiación es el opuesto al que tú elaboraste para ti, y lo mismo se puede decir de su resultado. Si el resultado de tu plan de estudios te ha hecho infeliz, y deseas otro diferente, obviamente es necesario que se efectúen cambios en el plan de estudios. El primer cambio que debe efectuarse es un cambio de dirección. Un plan de estudios que tenga sentido no debe ser inconsistente. Si lo planean dos maestros que creen en ideas diametralmente opuestas, no puede ser un plan integrado. Si esos dos maestros lo ponen en práctica simultáneamente, cada uno de ellos no hará sino ser un obstáculo para el otro. Esto da lugar a fluctuaciones, pero no a un auténtico cambio. Los que son volátiles no tienen dirección. No pueden decidir ir en una dirección determinada porque no pueden abandonar la otra, si bien esta última no existe. Su plan de estudios conflictivo les enseña que todas las direcciones existen, y no les proporciona ninguna base racional sobre la que fundar su elección.
6. Antes de que pueda efectuarse un auténtico cambio de dirección es necesario reconocer plenamente la total insensatez de semejante plan de estudios. No puedes aprender simultáneamente de dos maestros que están en completo desacuerdo con respecto a todo. Su plan de estudios conjunto constituye una tarea de aprendizaje imposible. Te están enseñando cosas completamente diferentes de forma completamente diferente, lo cual sería posible si no fuera porque las enseñanzas de ambos son acerca de ti. Ninguno de ellos puede alterar tu realidad, pero si los escuchas a los dos, tu mente estará dividida con respecto a lo que es tu realidad.