El Instante Santo

El instante santo es un momento en el que se recibe y se da perfecta comunicación. Esto quiere decir que es un momento en el que tu mente es receptiva, tanto para recibir como para dar. El instante santo es el reconocimiento de que todas las mentes están en comunicación. Por lo tanto, tu mente no trata de cambiar nada, sino simplemente de aceptarlo todo.*
Sentir el instante santo es sentir el Amor y comprender su significado. En ese instante no existen las ilusiones y por lo tanto tampoco existen los juicios -pues el ego emite juicios remontándose siempre al pasado, a lo que ya fue- pero en el instante santo no existe ni el pasado ni el futuro, solo existe lo que verdaderamente Es. El momento presente. Lo que se vive en él no puede ser explicado. Es un instante de conexión con tu Ser. El ego teme este instante santo porque no puede controlar lo que no conoce, por eso cree que ese instante sólo lo puede llevar al caos total. Pero lo cierto es que el instante santo te lleva al Amor y no sólo eso: Sin el ego todo sería Amor.
Cada instante es un nacimiento inmaculado y puro en el que el Hijo de Dios emerge del pasado al presente. Y el presente se extiende eternamente. Es tan bello, puro e inocente, que en él sólo hay felicidad. En el presente no se recuerda la obscuridad, y lo único que existe es la inmortalidad y la dicha. *
El instante santo es un momento de conexión entre tu hermano y tú, donde reconoces que no existe la separación y que por lo tanto sois el mismo Ser. Siempre se vive en el momento presente. Si vivieras únicamente en el momento presente vivirías en el instante santo. Comprenderías que eres Amor y que no tienes que buscarlo en ningún otro lugar.
En el instante santo nadie es especial, pues no le impones a nadie tus necesidades personales para hacer que tus hermanos parezcan diferentes. Sin los valores del pasado, verías que todos ellos son iguales y semejantes a ti, y que no hay separación alguna entre ellos y tú. *
Como sabes que eres Amor pero aún no puedes vivir completamente esa verdad, porque necesitas creerla totalmente, tu objetivo es hacer que tu hermano partícipe de este instante santo. Tu hermano ha cumplido el papel que el ego le pidió que realizara (ver El Sueño Feliz) y ahora quieres liberarlo de esas cadenas -con la ayuda del Espíritu Santo- pues sabes que él es tú, es tu propio Ser, y no el papel que cumplía. Dándole el instante santo a tu hermano extiendes el Amor y la verdad de lo que eres. Reconoces la Unicidad del Ser. 
Elige este preciso instante, ahora mismo, y piensa en él como si fuese todo el tiempo que existe. En él nada del pasado te puede afectar, y es en él donde te encuentras completamente absuelto, complemente libre y sin condenación alguna. Desde este instante santo donde tu santidad nace de nuevo, seguirás adelante en el tiempo. Libre de todo temor y sin experimentar ninguna sensación de cambio con el paso del tiempo. El tiempo es inconcebible sin cambios, mas la santidad no cambia. Aprende de este instante algo más que el simple hecho de que el infierno no existe. En este instante redentor reside el Cielo. Y el Cielo no cambiará, pues nacer al bendito presente es librarse de los cambios. Los cambios son ilusiones que enseñan los que no se pueden ver a sí mismos libres de culpa. En el Cielo no se producen cambios porque Dios es inmutable. En el instante santo, en que te ves a ti mismo resplandeciendo con el fulgor de la libertad, recuerdas a Dios. Pues recordarle es recordar la libertad. *
Hay momentos en los que encontrarás más necesario compartir el instante santo: cuando percibas una amenaza para tu paz y por lo tanto para la paz de tu hermano. Esos momentos son bendiciones porque gracias a ellos te unirás más y más a tu hermano y te será más fácil verlo como realmente Es.
Tú que te has pasado días, horas e incluso años encadenando a tus hermanos a tu ego a fin de apoyarlo y proteger su debilidad, no percibes la Fuente de la fortaleza. En este instante santo liberarás a todos tus hermanos de las cadenas que los mantienen prisioneros y te negaras a apoyar su debilidad o la tuya. *
Es imposible que el instante santo le llegue a uno de vosotros y no al otro. Y os llegará a ambos a petición de cualquiera de los dos. *
Una vez hecho esto le entregas este instante santo al Espíritu Santo para que lo Bendiga con Su Amor. De esta manera ambos, tu hermano y tú, estáis en paz.
Te entrego este instante santo. Sé Tú Quien dirige, pues quiero simplemente seguirte, seguro de que Tu dirección me brindará paz. *
El instante que se le ofrece al Espíritu Santo se le ofrece a Dios en tu nombre, y en ese instante despiertas dulcemente en Él. En el instante bendito abandonas todo lo que aprendiste en el pasado, y el Espíritu Santo te ofrece de inmediato la lección de la paz en su totalidad. *
Cada vez que ves amenazada la paz de tu hermano y la tuya das paz a través del instante santo reconociendo que tu hermano y tú son un mismo Ser. Al dar paz has perdonado, ya no percibes a tu hermano a merced del ego sino que lo percibes siendo guiado por el Espíritu Santo, pues al compartir contigo ese instante de Amor y Totalidad ahora percibes a tu hermano totalmente Puro e Inocente. Perdonas todo lo que nunca existió y que te impedía ver lo que realmente es y eres. Ver a tu hermano de esta manera fue una decisión tuya y al verlo así no sólo lo liberas de las cadenas del ego, sino que también te liberas tú, un poco más, de esas mismas cadenas. Cada hermano te ofrece esa posibilidad de liberación, si escuchas la guía de Aquel que habla por Dios te serán indicados todos los pasos para que ello suceda muy suavemente y pacíficamente.
Aprender a aislar este segundo y a experimentarlo como algo eterno, es empezar a experimentarte a ti mismo como que no estás separado. No tengas miedo de que no se te vaya a ayudar en esto.  ... Es sólo tu debilidad lo que se desprenderá de ti cuando comiences a practicar esto, pues al hacerlo experimentarás el poder de Dios en ti. ... ¿Quién puede negar la Presencia de aquello ante lo cual el universo se inclina con júbilo y agradecimiento? Ante el reconocimiento del universo que da testimonio de Ella, tus dudas no pueden sino desaparecer. *
Puedes practicar el mecanismo del instante santo y aprender mucho de ello. * Practica conceder ese bendito instante de libertad a todos aquellos que están esclavizados por el tiempo, haciendo así que para ellos éste se convierta en su amigo. Mediante tu dación, el Espíritu Santo te da a ti el bendito instante que tú les das a tus hermanos. Al tú ofrecerlo, Él te lo ofrece a ti. *









Texto de Un Curso de Milagros