21. El ejemplo de Jesús
"Recuerda: para dar sentido a tu vida, para saber quién eres, qué haces aquí y qué te aguarda tras 'la muerte', sólo precisas de la voluntad. Si quieres, puedes «saber»..."
"Al Padre, de momento, sólo puedes buscarlo con la ayuda de la confianza. Ése es el plan. Eso es lo establecido. Progresar. Progresar. Progresar..."
"Cuando Él te «toca», el alma se pone en pie. Es una sensación única. Clamorosa. Y una magnífica seguridad te acompaña de por vida... Pero ese benéfico sentimiento es personal e intransferible. Es difícil de explicar, pero tan real como la visita de la ternura, de la compasión o de la alegría."
"Por eso, porque se trata siempre de una experiencia, de un sentimiento personal, no escribas [o hables] para convencer. Hazlo para insinuar. Para ayudar. Para iluminar... No «vendas». No grites el nombre del Padre. No obligues. No discutas. Cada cual, según lo establecido, recibirá el «toque» a su debido tiempo. No hay prisa. Dios sabe. Dios reparte." *