23. El ejemplo de Jesús




"¿Dejad que la «chispa» interior haga el resto? No sabía que el Padre trabajase... 
El Maestro se doblegó encantado. 
-¿Qué pensabas? ¿Creías que esa presencia divina era un adorno? 
-¿Y qué hace? 
-Te lo dije: «tira» de ti... Esa misteriosa criatura se ocupa, entre otras cosas, de preparar tu alma para la vida futura, para la verdadera vida. En cierto modo, te entrena... 
-Pues yo no me entero. 
-Es lógico. El Padre es muy silencioso. Tampoco le gustan los gritos. Se limita a pulir y rectificar tus pensamientos. Pero lo hace en la sombra de tu mente. Escondido. Casi prisionero. 
-¿Y cómo puedo ayudarle? 
Jesús sonrió complacido. 
-Ahora lo haces. Basta con tu buena voluntad. Basta con el deseo de querer, de prosperar en conocimientos, de aceptar que Dios es tu Padre. Él, poco a poco, estrechará esa comunicación. Y llegará el día en que no precise de símbolos para decirte: 
«Ánimo! Estoy aquí. Escucha mi voz. Sube. Búscame...»
¡Lástima que no os dejéis guiar por Él! Con frecuencia, su rumbo es alterado por vuestra torpe naturaleza humana y, sobre todo, por los miedos, ideas preconcebidas y el qué dirán. 
-¿Por qué el hombre siente tanto miedo? 
-Muy simple. Porque no sabe, no es consciente de cuanto os estoy revelando. El día que despierte, y no os quepa duda de que lo hará, y comprenda que es hijo de un Dios, que es inmortal y que está condenado a ser feliz, ese día, mis queridos ángeles, el mundo será diferente. El ser humano sólo tendrá un temor: a no parecerse a Él..."
"...Pero ese «miedo» también desaparecerá. La «chispa» lo sofocará. El buen gobierno de esa «chispa» interior no depende de lo que uno crea o deje de creer, sino de la voluntad, del deseo de hallar al Padre. El éxito de mi Padre está íntimamente asociado a tu poder de decisión. Si tú confías, Él gana. Poco importa lo que creas. Si lo buscas, si lo persigues, la «chispa» controla el rumbo. Y tú, poco a poco, te vas haciendo uno con «ella». La presencia divina que te habita es una luz, un destello del Padre... con su propia personalidad."  *

 










Texto de Un Curso de Milagros